Miles de agentes de Policía se tomaron este viernes la Quinta Avenida de Nueva York para despedir a su colega Jason Rivera, muerto a los 22 años en un tiroteo la pasada semana en el que murió además otro colega suyo y el agresor que disparó sobre los dos.
Los policías eran mayoritariamente del cuerpo del departamento de Nueva York, pero a ellos se les unieron colegas de ciudades vecinas, del departamento antidroga (DEA), de la Academia de Policía y hasta de los Rangers, según pudo comprobar Efe.
Quienes pudieron, entraron en la Catedral de Saint Patrick al funeral de Jason Rivera —que más tarde será incinerado—, una ceremonia presidida por el Arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan.
Pero fueron miles los que durante más de dos horas se quedaron fuera, en la Quinta Avenida, bajo una fina nieve que durante toda la mañana cayó sobre Nueva York.
En previsión de esta aglomeración, las autoridades habían cortado el tráfico en la Quinta Avenida al menos a lo largo de diez calles, en las que podían escucharse los rezos de la catedral gracias a un sistema de megafonía que funcionaba a lo largo de varias cuadras.
El alcalde Eric Adams —él mismo exoficial de la policía neoyorquina— presidió el funeral de despedida de Rivera, quien como su compañero también muerto Wilbert Mora era de origen dominicano, y la cuenta de Twitter de la Policía ha estado transmitiendo el funeral en directo.
Adams asumió el 1 de enero la alcaldía tras una campaña en la que el refuerzo de la seguridad fue uno de sus pilares, y nada más conocerse la muerte de los dos agentes, pidió ayuda al gobierno federal en Washington para frenar el tráfico de armas en Nueva York.
Tras sus quejas, el presidente Joe Biden anunció un viaje la próxima semana a Nueva York precisamente para tratar de coordinar medidas que frenen la violencia armada en la ciudad.