Santiago.- Bernardina Caba de Polanco narró que al acudir al médico por un dolor de espalda, pero al acudir se enteró que tenía un cuadro de sepsis (una infección de alto cuidado) asociada a cálculos renales y una neumonía grave.
La fémina acudió al médico pensando que sería atendida en emergencia, pero fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica Unión Médica del Norte, en Santiago, y con poca esperanza de vida.
“Dios me dio otra oportunidad de seguir viviendo para un propósito, y para que mi fe y la de muchos crezca, pero sobre todo, para que otros lleguen a los pies de Jesús por este testimonio”, expresó
Su esposo no podía creer lo que sucedía. Pero ella estaba bien, ¿cómo fue que se complicó?”, señaló.
Aseguró que ella tenía varios días con esos dolores de espalda, “pero como tengo una escoliosis y dado que tenía un poco más de estrés en el trabajo, pensé que esa era la causa. Me daban dolores de cabeza más frecuentes y me sentía como abrumada, además, en ese momento me dio amigdalitis ¡y craso error! Sin consultar a un especialista, me inyectaron una Diamide 2.4, la cual es un antibiótico muy fuerte que, según me dicen, provocó que la bacteria se hiciera aún más resistente… pero fuera de eso, pensaba que estaba bien”.
De su lado, la fémina explicó alguno de los síntomas que sentía.
“El dolor estaba acompañado de frecuentes vómitos y malestar general, me trataron con calmantes y medicamentos para las náuseas. Me realizaron pruebas de laboratorio y sonografía, que dieron como resultado que estaba bajando un cálculo (piedra) renal… pero las cosas no paran ahí. Al contrario, aquí es que se inicia el calvario que la hizo estar ingresada desde el 28 de febrero hasta el 11 de marzo de este año “con un pie allá y otro aquí”, indicó.
Añadió que: “En espera de consulta me dio otra crisis y me llevaron a Emergencia de nuevo y ahí me dieron hasta convulsiones, y me ingresaron. Ya en la habitación, mi cuadro en vez de mejorar empeoraba cada vez más”.
Dijo que le hicieron otras pruebas cuyos resultados arrojaron que tenía una sepsis en estado muy avanzado y una bacteria en sangre.
La fémina esta en pronóstico reservado incluso pensaban que no iba amanecer viva, pero aseguran que Dios hizo un milagro.
“Pues recuerdo que la infectóloga, que es una cristiana, me había dicho: ‘Sabes, a veces pedimos un milagro con mucho fervor al Señor, pero su voluntad es otra’. Luego le dimos la gloria a Dios por mi recuperación. La intensivista se maravilló al ver la forma en que me recuperé”, expresó.
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