En una serie de testimonios alarmantes, diversas mujeres han compartido sus dolorosas experiencias al ponerse en las manos de la autodenominada médico cirujano Karla María Moya Boada, quien ha estado ofreciendo servicios médicos estéticos sin tener el título adecuado.
Sin embargo, no solo las víctimas han hablado, también ex empleadas y personas familiarizadas con la venezolana han denunciado más irregularidades, señalando directamente a otras personas involucradas en esta práctica ilegal de la medicina, lo que confirma la gravedad de la situación.
Aquellas que se sometieron a los tratamientos de la ‘doctora estética’ describen sus experiencias como traumáticas, horribles y dolorosas. Una de las pacientes afectadas, que prefirió mantener el anonimato, relató su encuentro con la supuesta médico y lo calificó como una experiencia cercana a la muerte. Otras personas también compartieron testimonios similares, describiendo la terrible vivencia que tuvieron al confiar en ella.
Se ha revelado que una ex clienta de la supuesta cirujana pagó una suma considerable por un procedimiento de laserlipólisis, y también ha denunciado la posible participación de otras personas en este caso. Según su testimonio, durante el procedimiento, la «doctora» mencionó la presencia de otra mujer que supuestamente la asistiría, pero luego decidió que su esposo estaría presente en su lugar. La paciente desconoce si el esposo de Karla Moya es médico o no.
Además, se ha mencionado a Ignacio Luis Olivares González, quien llegó al país como vendedor de instrumentos médico quirúrgicos y se ha visto involucrado en esta situación. Aunque se ha dicho que es cirujano, no se ha confirmado si ejerce la profesión. Según una persona conocida de la pareja, Olivares González habría tenido un accidente que lo habría impedido ejercer como cirujano, aunque no se ha proporcionado más información al respecto.
En cuanto a la formación de Olivares González, su perfil en Linkedin solo menciona su puesto como director de marketing comercial de la empresa Kimed Corpo, sin hacer referencia a su educación como cirujano plástico. Aunque en una foto pública aparece vestido como «doctor» y con la especialidad de cirugía plástica, no se ha podido confirmar su verdadero estatus como médico.
Los testimonios también han revelado que Karla Moya solía tener a Olivares González como su ayudante durante los procedimientos, lo que ha generado más preocupaciones sobre su falta de calificación médica adecuada. Además, una ex empleada de la supuesta cirujana ha afirmado que la mayoría de las pacientes no veían los resultados prometidos, ya que se utilizaba más líquido que grasa durante los procedimientos.
Karla Moya, junto con Ignacio Olivares González, figura como titular del consultorio Ki Centro Médico Integral del Caribe. Aunque se anuncian servicios médicos estéticos, faciales y corporales, incluyendo la laserlipólisis, es importante destacar que esta técnica solo puede ser realizada por un cirujano plástico certificado. Sin embargo, durante una visita al consultorio, no se encontraron títulos de Karla Moya que acrediten su formación en medicina y cirugía estética.
En la plataforma del Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria del gobierno venezolano, Karla Moya aparece registrada como médico cirujano desde 2017, nueve años después de su supuesta graduación. Sin embargo, aún hay dudas sobre su formación y titulación adecuada, ya que no se han proporcionado pruebas contundentes.
Este caso ha generado preocupación y ha puesto en evidencia la necesidad de regulaciones más estrictas para evitar situaciones similares en el campo de la medicina estética. Las autoridades competentes deberán tomar las medidas necesarias para proteger a la población y garantizar la seguridad de aquellos que buscan tratamientos médicos.
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