Una niña de cinco años perdió la vida accidentalmente a manos de otra niña mientras jugaban con un arma cargada.
Jada Willingham de Georgia en los Estados Unidos, perdió la vida el viernes pasado cuando el arma se disparó dentro de la habitación en la que estaban jugando y una bala le alcanzó en la cara.
Había otros dos niños y la niñera en la casa en ese momento. La niñera de 68 años, que es la abuela de una de los niñas, corrió al dormitorio y encontró a Jada he-ri-da por la cara.
Se llamó a la policía alrededor de las 2.30 P.M hora local y encontraron a la mujer sosteniendo un paño sobre la cara de Jada en un intento desesperado por detener el san-gra-do.
Jada fue llevada de urgencia al hospital pero luego perdió la vida.
Las dos niñas de cinco años habían estado jugando con un arma de 9 mm cargada que era de la madre de la otra niña, que está en el ejército.
La amiga halló el arma en la habitación de sus padres. Estaba escondida debajo de la cama, pero encima de una caja de municiones.
Las niñas llevaron el arma a otra habitación y comenzaron a jugar con ella, dijo la policía. La amiga de Jada le contó a la policía que no tenía ni idea de que el arma estuviera cargada de balas y que “solo apretó el gatillo un poco”.
La policía no brindó mas información sobre la relación entre Brooks y la amiga de Jada, pero otros medios afirman que Brooks es el yerno de la niñera. Keisha Walker exigió que se responsabilice a otros adultos por la muerte de su hija.
“La niñera demostró tanta negligencia cuando le dispararon a mi hija”, dijo Walker, madre de Jada.
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