En una entrevista con Diario Libre USA en Las Guázaras, Jarabacoa, Adriano Luna no se cansa de agradecer a Dios, ya que su historia es similar a la de una novela.
Adriano luna había entregado a una mujer una de dos hijas en adopción, ya que en ese tiempo las condiciones económicas lo golpearon con gran intensidad, este narra que no tuvo ninguna alternativa de convencer a su esposa para dar ese paso tan difícil y poder confiar la vida de su pequeña a una desconocida.
“Ella me decía yo la voy a cuidar, ella va a estar bien” dice Adriano luego de que en aquel momento entregara a su hija a Joan Palmer (madre adoptiva de Casandra)».
este informa que su esposa estaba dudosa de aquella decisión, pero viendo en las condiciones que vivienda y teniendo una otro hijo con problemas de salud, estos no perdieron la esperanza de volver encontrarse con ellas.
La familia vivía en una casa hecha de palos, con puertas de yagua, colchones de hojas de plátanos y tenían muy pocas opciones de cambiar el panorama.
“Esa señora que está ahí (Joan Palmer) fue donde nosotros, nosotros vivíamos en plena pobreza, muy grande, muy terrible y cuando ella se acercó donde nosotros nos dijo miren señores estamos buscando una familia para adoptarle una hija, para hacerle un bien y para hacerle un bien a ustedes también” dijo luna.
“Yo hablo con mi esposa, que murió, y ella me dijo yo no doy para eso. Yo le dije mira estamos pasando situaciones difíciles, tú sabes cómo estamos, estamos durmiendo en el suelo, estamos pasando una situación muy grande.
La señora siguió insistiendo y ella dijo entonces tú eres quien sabe”, añade Luna.
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