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Robert José Feliz ‘Por no dejarme asaltar, mi vida se ha convertido en un martirio’

Robert José Feliz Corporán es un joven de 34 años que conoció el amargo sabor de la desgracia el pasado 25 de mayo, cuando unos desaprensivos lo interceptaron en la carretera Mella de la provincia San Pedro de Macorís.

Robert narró a elCaribe cómo los atracadores que se desplazaban en un carro blanco por la calle ya mencionada, en horas de las 7:00 de la noche, para exigirle que se parara mientras él iba en su motor junto a su sobrina Stephanie Sabino Corporán con dirección hacia su casa, ubicada en el batey “Los Chicharrones”, cerca del lugar de los hechos.

Feliz aseguró que notó que los delincuentes no estaban encapuchados por lo que temió por su vida y decidió acelerar el motor y comenzar a correr, fue entonces cuando se inició la persecución. Los criminales les dispararon y ellos cayeron por un barranco y los maleantes se fueron.

“Me asusté mucho, pensé que el tiro le había dado a mi sobrina. Me sentí más tranquilo cuando me di cuenta de que ella estaba bien. Pero nunca imaginé que después de ese momento era que iba a comenzar mi verdadero sufrimiento”.

Describió que cuando intentó pararse no pudo, “me sentí impotente”, fue entonces cuando Stephanie salió en busca de ayuda.
“Cuando llegaron a auxiliarme me trasladaron hacia el Hospital Regional Dr. Antonio Musa, y ahí estuve internado durante cuatro días, sin poder ver a mi familia, postrado en una camilla boca arriba sin poder moverme”.

Aseguró que el estar en esa posición le provocó que le saliera una úlcera en el coxis, que según los doctores del Antonio Musa, ese fue el motivo por el cual no lo operaron en ese momento.

HOSPITAL DR. DARÍO CONTRERAS
“Del hospital de San Pedro me trasladaron hacia el Hospital Dr. Darío Contreras, en la capital, aquí duré ingresado dos meses y medio. En todo ese tiempo el absceso nunca sanó y tenía que valerme de otros para poder moverme”.

Robert José, con voz llorosa, expresó que desconocía que en su columna cervical tenía dos hernias, que eran la verdadera causa de su discapacidad.

“Antes del accidente caminaba bien, siempre pensé que era un hombre muy sano, pero los médicos me dicen que la caída afectó esas hernias, que ya estaban ahí, y por eso estoy parapléjico”.

Aclaró que el estar en esa condición le causó una depresión, que le generó falta de apetito y no quería comer nada, lo que influyó en el proceso de curación de la úlcera, aseguró Robert.

“Después de 45 días fui dado de alta con el absceso sin cicatrizar, solo con la esperanza de que desde mi casa con una mejor comida sanaría más rápido y luego volvería para operarme y recuperar mi movilidad”.

Manifestó que después de tres meses en su casa la llaga se sanó. Además, con la ayuda de un amigo terapeuta llamado Ramón, que venía dos veces por semana a darle masajes, logró recuperar la movilidad de los brazos.

Aseguró que cuando regreso al Hospital Darío Contreras le mandaron a repetir todos los estudios pertinentes para operación.

 

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losmocanos