En la mañana del sábado, un fuerte sismo de magnitud 7,2 sacudió el sur de Haití y ha dejado hasta el momento más de 700 muertos y más de 1.000 heri-dos.
Y la tragedia natural llevó inevitablemente a pensar en otro momento similar en la isla caribeña: el 12 de enero de 2010, cuando un terremoto de una magnitud parecida (7,0 en la escala Richter) arrasó con Puerto Principe, la capital del país, y causó la muerte de más de 200.000 personas.
Una de las respuestas podría hallarse en esa tarde del 12 de enero de 2010, cuando los expertos supieron de inmediato que el temblor en la isla que repetían las noticias sería uno de los peores desastres naturales recientes.
Además de haber ocurrido en uno de los los países más pobres de Occidente -y uno de los peor preparados para enfrentar eventos de este tipo-, el terremoto sacudió una zona donde se ubica una compleja red de placas tectónicas y fallas geológicas.
Haití está situado en medio de un vasto sistema de fallas geológicas que resultan del movimiento de la placa del Caribe y la enorme placa de Norteamérica.
Igual que en otras zonas donde colindan placas tectónicas, en los límites de la placa del Caribe hay una actividad sísmica importante debido a estas fallas.
Y fue el deslizamiento súbito de una de éstas, la falla de Enriquillo, la que condujo al desastre.
Se calcula que el epicentro del terremoto, que midió 7 en la escala de Richter, fue a unos 15 kilómetros de Puerto Príncipe. Y el hipocentro (el punto debajo de la superficie terrestre donde comenzó la ruptura) fue a sólo 8 kilómetros de la superficie.
El que se registró este sábado fue de una magnitud de 7,2 y a 10 kilómetros de la superficie, pero tuvo su epicentro en el sur de la isla.
Esta proximidad a la superficie, afirman los expertos, aseguró que las fuerzas de choque de la tierra fueran más intensas y destructivas.
Las construcciones en zonas sísmicas en países industrializados se erigen sobre sistemas de amortiguación que permiten «capear» los temblores, no sólo al dejar que los edificios se sacudan hacia adelante y atrás sino también haciendo que giren junto con el movimiento de la tierra.
Pero las sencillas estructuras de concreto de las ciudades haitianas se desmoronaron cuando se las ha sometido a esta presión.
«La cercanía a la superficie es uno de los factores más graves que contribuyen a la severidad de un sacudón de tierra causado por un terremoto de cualquier magnitud» dijo a la BBC el doctor David Rothery, científico planetario de la Universidad Abierta de Reino Unido.
«Además, el sacudimiento tiende a ser más grande si está más cerca de la fuente. En ese caso (el terremoto de 2010), el epicentro fue a sólo 15 kilómetros del centro de la capital y por eso quedó tan destruida».
Después, una serie de fuertes réplicas -más de 10, de más de 5,0 en magnitud- completaron la devastación.
Pero, a pesar de que Haití está en una zona de alto riesgo de terremotos, el último gran sismo antes de la catástrofe de 2010 había sido 150 años atrás.
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