Un prisionero de Carolina del Sur, quien pudo elegir de qué forma será ejecutado el próximo 29 de abril, ha decidido morir a través de un pelotón de fusilamiento en lugar de la silla eléctrica, de acuerdo con documentos judiciales presentados este viernes.
El sujeto identificado como Richard Bernard Moore, de 57 años, está por ser el primer hombre ejecutado en ese estado en más de una década. También es el primer preso en poder elegir el método en el que morirá, de acuerdo con una ley que entró en vigor en 2021, que establece a la electrocución solo como opción predeterminada, informó Associated Press.
Moore, quien es condenado por el asesinato de un empleado de una tienda de conveniencia en la ciudad de Spartanburg en 1999, ha pasado más de dos décadas en el corredor de la muerte tras su sentencia.
Los abogados de Moore han solicitado a la Corte Suprema de Carolina del Sur que retrase su muerte, mientras otro tribunal determina si cualquiera de los métodos disponibles representan un castigo cruel e inusual. Argumentan que los funcionarios de prisiones no se esfuerzan lo suficiente en obtener drogas de inyección letal, y en cambio, obligan a los prisioneros a elegir entre dos métodos.
Por su parte, el director de correccionales de Carolina del Sur, Bryan Stirling, firmó el viernes una declaración jurada como parte de un aviso de ejecución, destacando el esfuerzo de su agencia para obtener las drogas, pero los fabricantes no se las venderán al estado.
Asimismo, los abogados también pidieron a la Corte Suprema estatal retrasar la ejecución para que la Corte Suprema de Estados Unidos revise la sentencia y determine realmente es un castigo desproporcionado con relación a delitos similares. La semana pasada los jueces estatales negaron una apelación similar.
La nueva ley estatal fue impulsada tras una larga pausa de una década. La última ejecución en Carolina del Sur data de 2011. Los funcionarios han señalado durante ese tiempo la incapacidad de las autoridades por obtener los medicamentos necesarios para llevar a cabo las inyecciones letales.
En marzo, la agencia penitenciaria estatal resaltó que terminó de desarrollar protocolos para las ejecuciones por pelotón de fusilamiento. Se concretaron $53,600 dólares en renovaciones en la cámara de ejecución en Columbia, con la instalación de una silla de metal con un restricciones que mira hacia una pared con una abertura rectangular a 15 pies de distancia. Para el caso de ejecución por fusilamiento, tres trabajadores penitenciaron voluntarios deberán apuntar sus rifles al corazón del prisionero.
Secuencia de los hechos
En medio del juicio de Moore en 2001, los fiscales manifestaron que el imputado había buscado dinero para mantener su adicción a la cocaína, lo que lo llevó a una acalorada discusión con el empleado de la tienda, James Mahoney, que sacó una pistola y comenzó un tiroteo contra un armado Moore, según los fiscales.
Mahoney le disparó a Moore en el brazo mientras que Moore le disparó en el pecho a su víctima. Posteriormente Moore dejó un rastro de sangre en la tienda mientras buscaba efectivo cuando pisó dos veces a Mahoney.
Durante el juicio, Moore dijo que actuaba en defensa propia, pues Mahoney fue el primero en sacar el arma.
La defensa de Moore argumentó que su crimen no alcanza el nivel de delito de pena de muerte, y que no llegó a la tienda con la intención de matar a alguien.
El estado programó por ultima vez la ejecución de Moore en 2020, después de un retraso debido a que los funcionarios dijeron que no podían obtener drogas para la inyección letal.
Con información de Associated Press
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