En más de 30 años trabajando en la formación de jugadores como César Valdez, Ángel Berroa y Rafael Devers, el entrenador Javier Rodríguez a menudo cree haberlo visto todo, pero rectifica al no parar de toparse con casos que les chocan.
Uno de los más frescos fue ver cómo un prospecto al que, una vez descontado el pago de entrenamiento, le correspondían unos US$650 mil del bono de firma y se topó con la sorpresa de que uno de sus progenitores le había comprometido y despilfarrado alrededor del 85% del dinero.
«El muchacho jugó desmotivado en su primera Liga de Verano. Se sintió traicionado por una de las personas de su mayor confianza. Si se le hubiese retenido el 25% lo hubiese cobrado ya como adulto, con más madurez y bajo su control absoluto», dice Rodríguez.
En el Congreso están pendiente de aprobación los proyectos de Ley General del Deporte y de Béisbol que establecen retenciones de entre el 20 y 30% al bono de firmas de peloteros menores, dinero que iría a un fideicomiso que pudiera ser retirado a los 18 y 21 años, respectivamente.
Rodríguez no solo aplaude ambas iniciativas. Se ha ido más lejos, da forma a un proyecto que presentará al Poder Ejecutivo con el fin de que lo someta a los congresistas.
En el borrador que ha elaborado con abogados le llaman Ley de Preservación del Patrimonio Deportivo.
Consiste en que el 25% de todos los salarios que devenguen los peloteros dominicanos como profesional, en cualquier liga del planeta, vaya a un fideicomiso, un dinero al que podían tener acceso cinco años después de haberse retirado.
«La gente no tiene idea de la cantidad de peloteros que ganaron buen dinero que están en bancarrota. Desde jóvenes hasta veteranos, no es un problema exclusivo de los dominicanos, pero creo que con la estructura que buscamos crear se puede ayudar mucho a que nuestros héroes tengan una mejor vida una vez terminan de jugar», dice Rodríguez, en visita DL.
Asegura que la idea ha tenido un apoyo enorme, tanto entre exjugadores como entre funcionarios y congresistas a los que lo ha presentado.
«Incluso, de los muchachos que firman por gran dinero cuesta encontrar a aquellos que no llegaron a las Grandes Ligas que 10 años después de la firma puedan exhibir algo de ese dinero más allá de los bienes raíces que adquirieron», dice Rodríguez.
El de patrimonio no es el único que promueve Rodríguez. Inspirado en el Derecho de Formación y Mecanismo de Solidaridad de la FIFA, que reparte dinero de los pases de jugadores a los clubes donde se formó, el entrenador persigue que la cadena que interviene en el desarrollo del pelotero reciba un beneficio mayor.
Para ello, ha contactado asesores en los Estados Unidos, desde financieros hasta especialistas en impuestos, para dar forma al proyecto que busca que el 5% del salario del pelotero, en Grandes Ligas, vaya dirigido a ese mecanismo de compensación.
El dinero lo aportaría el equipo, iría a una cooperativa y esta pagaría a la cadena que intervino en la formación del jugador, desde ligas, programas y hasta el escucha de área que figure en el reporte de firma.
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