Moca.- El cruel suceso que causo conmoción en la comunidad Villa Estancia Nueva, de Moca, donde un hombre identificado como Sosa Rodríguez también mató a Libanesa Lugo Espinal y Antonia María Espinal Díaz, prima y tía de la occisa, respectivamente.
Pero hoy Sosa paga en carne propia por los errores que cometió, al quitarle la vida a su pareja y dos familiares de esta, guarda prisión en el centro penitenciario Rafey hombres, pero según denuncio su abogada, tiene más de 2 meses secuestrado, sin que sus familiares puedan verlo.
Dice que no le suministran los medicamentos, pero tampoco lo llevan a su cita con el médico, la abogada de sosa María Sánchez, explica. Con una situación así, es muy probable que un hombre con una salud deplorable pueda fácilmente perder la vida en poco tiempo.
La audiencia fue aplazada para el viernes 22 de noviembre, el recurso de amparo que se le conoce al nombrado Thomas Rafael Sosa RodrIguez.
Mientras que los familiares de sosa, culpan al director del centro de lo que ocurre con su pariente, por su parte Thomas Sosa, narra lo que está pasando en dicha prisión.
Queda dejar el asunto en manos de las autoridades e investigar lo que estas personas alegan, para establecer los asuntos como debe ser.
El caso esta en manos de las autoridades e investigar lo que estas personas alegan, para establecer los asuntos como debe ser.
El caso el pasado 6 de mayo del 2016, según vecinos pudieron escuchar gritos de desesperación clamando por auxilio, y que poco después oyeron varios disparos. Al parecer, Espinal Guzmán tuvo tiempo para llamar a su tía Espinal Díaz, quien fue acompañada de su hija, Lugo Espinal, pero ambas fueron recibidas a tiros por el homicida.
Espinal Guzmán y Lugo Espinal fallecieron en el acto, mientras que Espinal Díaz murió momentos después en el Centro Médico Guadalupe. Tras el hecho, el asesino se entregó a la Policía.
Cercanos a la fallecida también señalaron que en la intimidad de la pareja, el asesino le marcaba el cuerpo a la joven para exhibirla, y que cuando el salía del país la dejaba sin comunicación y esta tenía que enviarle fotos todos los días para demostrarle que no le era infiel.
Magdalena Guzmán, madre de la occisa, dijo que ignoraba la gravedad de los problemas entre su hija y el agresor, no obstante en su celular escuchaba una y otra vez los últimos mensajes de voz que ella le había enviado para calmarla.
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