Las autoridades de Nueva York retiaron la licencia a la funeraria de Brooklyn en la que se encontraron el pasado miércoles decenas de cadáveres amontonados en camiones que no contaban con sistema de refrigeración, informaron este viernes la autoridades de la región.
“Después de una investigación del Departamento de Estado de Salud, emití una orden de suspensión inmediata a la Casa de Funerales Andrew T. Cleckley en Brooklyn, cuyas acciones fueron espantosas, irrespetuosas a las familias de los fallecidos, y completamente inaceptables”, dijo en un comunicado el comisario de Salud de Nueva York, Howard Zucker.
“Las funerarias tienen la responsabilidad de gestionar su capacidad de manera apropiada y dar servicios de forma respetuosa y competente”, subrayó Zucker, quien señaló que precisamente porque entienden las dificultades a las que se enfrentan estos establecimientos durante la pandemia, habían dado previamente órdenes a directores de funerarias fuera del estado a ayudar en este complicado momento.
“Una crisis no es una excusa para el tipo de comportamiento del que hemos sido testigos en la Casa de Funerales Andrew T. Cleckley”, agregó.
La retirada de la licencia se produce dos días después de que la Policía de Nueva York recibiera llamadas de vecinos de Brooklyn quejándose por el mal olor que presuntamente provenía de decenas de cuerpos almacenados, frente a una funeraria, en camiones de la cadena U-Haul, normalmente alquilados por horas para mudanzas.
Una llamada aseguró incluso que “salía sangre de uno de los camiones”, tras lo cual agentes fueron enviados a la funeraria donde el personal sacaba cuerpos de estos camiones de mudanza para luego tratar de ubicarlos en un camión refrigerador o morgue móvil, indica el periódico digital amNY.
Una fuente policial concretó posteriormente a ABC News que dos remolques sin refrigerar en el exterior de la funeraria Andrew T. Cleckley contenían 50 cuerpos cada uno.
Según la Policía, los cadáveres estuvieron en los camiones de alquiler durante más de una semana, en estado de descomposición en algunos casos, que fue lo que causó el mal olor.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, tildó este jueves de “abominable” y “totalmente inaceptable” el hallazgo, pero defendió que se trata de un caso aislado y que la ciudad está lidiando adecuadamente con el gran número de fallecimientos por el COVID-19.
“Fue un incidente horrible, es algo inconcebible. No puedo entender cómo dejaron que esto ocurriese”, dijo De Blasio preguntado en una conferencia de prensa.
Según la Universidad Johns Hopkins, el número de muertos en el estado por coronavirus supera los 23.000, con más de 300.000 casos. Unos 18.000 de esos fallecimientos se han reportado en la ciudad de Nueva York.
Nueva York es el estado más afectado por la pandemia en Estados Unidos, país que se ha convertido en el epicentro mundial del coronavirus, al reportar hasta este viernes más de 1.070.000 casos y unos 64.000 muertos. EFE