De varios dispa-ros terminaron con la vida de la abogada identificada como Anibel González Ureña. Su esposo, quien se suicidó después de dispararle, tenía una orden de alejamiento porque en 2017 le había provocado heridas con un arma blanca y por esto estuvo en la cárcel hasta hace poco.
La pareja tenía tres hijos (la mayor de 14, 11 y 4, el más pequeño), y la trágica noche de este 30 de agosto el más pequeño fue quien estuvo más cerca de su madre después de las heridas de muerte.
Según cuenta la familia de la abogada, el drama que esta vivió en sus últimas horas de vida fue terrible y doloroso.
Narraron que luego de ser herida tomó a su hijo más pequeño en brazos, bajó las escaleras del apartamento y salió caminando varios metros hasta desplomarse frente a la casa de sus abuelos.
Los familiares, hundidos en la pena que les embarga, no ofrecieron más detalles sobre el hecho.
Las autoridades del Ministerio Público y la Policía realizaban las investigaciones, para rearmar el suceso ocurrido y ofrecer detalles del caso.
El deceso de Anibel se produjo en el hospital Regional Doctor Antonio Musa, donde anoche fue llevado el cadáver del feminicida-suicida.
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