El caso de la desaparición de Sudiksha Konanki en Punta Cana llega a su fin tras la sentencia de habeas corpus a favor de Joshua Riibe, testigo clave.
La Sala Penal del Juzgado de Primera Instancia de La Altagracia dictó hoy la sentencia final sobre el habeas corpus solicitado por Joshua Riibe, testigo en el caso de la desaparición de la joven indo-estadounidense Sudiksha Konanki en Punta Cana.
Esta sentencia concluye oficialmente el proceso judicial que había mantenido a Riibe bajo investigación desde la desaparición de la joven.
Según el comunicado emitido por la firma de abogados Guzmán Ariza, que representó a Riibe en el proceso, con la decisión del tribunal se cierra este caso en cuanto a la detención del joven estadounidense.
Sudiksha Konanki, de 20 años, desapareció la madrugada del 6 de marzo en una playa privada del hotel Riu República en Punta Cana. En ese momento, había estado compartiendo con Joshua Riibe, quien afirmó que ambos se despidieron en la playa y no volvió a verla.
La desaparición de Konanki generó una intensa búsqueda por parte de las autoridades locales, que incluyó esfuerzos por aire, mar y tierra, pero que no produjo resultados.
Aunque Riibe nunca fue acusado por el Ministerio Público, fue interrogado en varias ocasiones y permaneció bajo vigilancia, lo que sus abogados consideraron una detención ilegal.
A raíz de esto, los abogados de Riibe interpusieron un recurso de habeas corpus, que fue acogido por el juez Edwin Rijo el 18 de marzo, quien ordenó su liberación inmediata. Un día después, Riibe, acompañado de su padre, viajó a Puerto Rico.
El comunicado de Guzmán Ariza resalta que el tribunal dictó la liberación de Riibe debido a que su detención excedió las 48 horas permitidas por la Constitución de la República Dominicana y el Código de Procedimiento Penal.
De acuerdo con las investigaciones, Riibe y Konanki habían compartido con otras personas en el hotel antes de quedarse a solas en la playa.
Riibe relató que, en un momento, una ola los arrastró mar adentro y él salió a nado con Konanki, quien, según su versión, caminaba en la playa con el agua a la altura de las rodillas antes de desaparecer.
