Matthias Schlitte es un hombre particular. El alemán se destaca por su inusual físico, pero también por su mentalidad. Nació con una deformidad congénita que logró convertir en su mayor virtud. Su imagen asombra, y su historia rápidamente se viralizó por las redes sociales.
Al reconocido multicampeón de pulseadas germano lo llaman ‘Hellboy’, aunque algunos también le dicen el «Hulk humano» o «Popeye». Tiene 34 años, una tímida sonrisa y el aspecto normal de cualquier trabajador, salvo por su sobresaliente brazo derecho que está muchísimo más desarrollado que todo su cuerpo.
Según el periódico británico Daily Mail, su antebrazo derecho mide 46 centímetros de diámetro. Y, por supuesto, no parece pertenecer al cuerpo de 70 kilogramos del germano. Los músculos son gigantescos y la fuerza que tiene en ese hipertrofiado brazo parece sobrehumana.
Matthias Schlitte decidió sacar provecho de esta cualidad. Así, casi por azar -y por insistencia de su madre- comenzó en el mundo de las pulseadas a los 16 años. Y fue en este deporte, donde la fuerza bruta prevalece, que encontró su lugar en el mundo.
El «Hellboy» alemán: Nació el 2 de abril de 1987 en Haldensleben, al norte de Alemania. Es en este pequeño pueblo, que apenas supera los 20 mil habitantes, donde encontró una forma de canalizar la fortaleza sobrehumana que la vida le dio. El no reniega de esto, e incluso lo ve como un don desde muy temprana edad.
«Descubrí por primera vez que podía usar mi don cuando tenía tres años. Teníamos un horno familiar en casa y recogí un trozo bastante grande de carbón y lo llevé alrededor de mi madre, algo que probablemente era muy raro para un niño de esa edad», afirma el alemán.
Pero fue en 2004 cuando comenzó a competir utilizando los grandes músculos de su brazo derecho para ganar torneos de pulseadas. Se enteró que un bar de su pueblo estaba buscando al luchador más fuerte de la región para concursar y el se inscribió, acompañado de su madre.
No poseía experiencia alguna en este deporte. Tenía solamente 16 años y pesaba 65 kilogramos, aunque en el torneo se aceptaban competidores de hasta 90 kg. Los luchadores más experimentados lo miraban y se reían, creían que el era muy liviano, pero terminó ganando el concurso.
Multicampeón de pulseadas
«No soy un hombre religioso ni nada pero esto fue un regalo de un poder superior y esta fue mi vocación en la vida», asegura Matthias. Así, el «Hellboy» alemán empezó a hacer gala de su extraordinaria fuerza y -más que un defecto- su rara enfermedad terminó siendo su mayor virtud.
De esta manera, comenzó su particular carrera en el mundo de las pulseadas. Schlitte fue 20 veces campeón internacional y 10 veces campeón del torneo alemán.
Estuvo una década sin perder un pulso. Incluso compitió contra una máquina especializada en este deporte a la cual le ganó.
Ostenta el récord de ser el campéon más joven de un torneo internacional de pulseadas. Actualmente, el teutón forma parte del equipo de lucha de brazos del Wolfsburgo, uno de los clubes alemanes más populares del país.
Es tal el poderío que posee en su brazo derecho que el alemán solamente perdió en tres combates a lo largo de su intachable carrera. Schlitte compite en la categoría de 70 kilogramos y está feliz del tamaño y de la fortaleza de su brazo: «He pasado 10 años viajando alrededor del mundo haciendo lo que amo».
Gigantismo, una enfermedad genética
La historia de Matthias Schlitte no es solo la de un deportista con una fuerza demencial, sino la de alguien que le hace frente a las adversidades. Un ejemplo de superación, ya que todo comenzó por una afección en su salud.
La rara enfermedad congénita que padece el alemán, denominada síndrome de Klippel-Trenaunay (SKTW), afecta al desarrollo de vasos sanguíneos, tejidos blandos y huesos.
En algunos casos provoca gigantismo, como en el de Schlitte, que tiene su extremidad derecha exageradamente más grande que el resto de su cuerpo.
Este enfermedad fue descubierta recién en 1900 y tiene una incidencia de aproximadamente 1 caso cada 100 mil nacidos vivos.
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