El dolor y la impotencia tienen en zozobra a Flor María Manzueta, de 44 años. Su hija mayor de 18 años fue asesinada por un cabo de la Policía que la siguió después de un choque que aparentemente había quedado “arreglado” segundos después de producirse, en la calle Hermanas Mirabal de Villa Mella, Santo Domingo Norte.
Según Manzueta, el agente Ezquiel Bautista Batista estaba vestido de civil y conducía una motocicleta, acompañado de su esposa, cuando otro motor, que guiaba Nicole Ureña Manzueta, lo chocó.
La joven estaba acompañada en la motocicleta que conducía de un joven y se dirigía a llevarle la cena a su padre a las 7:30 de la noche el viernes 10 de este mes de julio.
Manzueta explica que, tras la colisión, se produjo una discusión en la que el agente exigía que llevaran al médico a su pareja, la que, según la madre de la víctima, no se cayó de la motocicleta y tampoco estaba herida.
Explica que parece ser que finalmente el asunto quedó arreglado y cada quien continuó su camino, pero que Bautista Batista siguió el motor en el que iba la joven, ya en esa ocasión de pasajera, y le disparó en la espalda a la víctima.
Nicole Ureña Manzueta fue trasladada a la clínica más cercana, en la Ureña Arias, del mismo sector, pero falleció como consecuencia de la herida de bala.
Según su madre, a Bautista Batista le dictaron tres meses de prisión preventiva, pero fue enviado al Centro de Operaciones Especiales, por lo que demanda que sea trasladado a una cárcel común porque, afirma, no fue un homicidio lo que cometió sino un asesinato.
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