El presidente de EE.UU., Donald Trump, se ha convertido este domingo en el primer mandatario del país norteamericano que pisa territorio de Corea del Norte. El mandatario se dio un apretón de manos con el líder nocoreano, Kim Jong-un, durante su encuentro en la zona desmilitarizada de la frontera intercoreana.
El mandatario estadounidense ha destacado que el cruce simbólico de la frontera con Corea del Norte es un gran honor para él. Por su parte, Kim Jong-un ha expresado que la visita de Trump a territorio norcoreano refleja su voluntad para trabajar en un futuro mejor.
Se trata de la tercera vez que Trump y Kim Jong-un se encuentran en poco más de un año, cuatro meses después de su segunda cumbre celebrada en Hanói, Vietnam, a finales de febrero.
Este sábado Trump declaró que quería aprovechar su estancia en Corea del Sur, a donde llegó tras participar la cumbre del G20 en Japón, “solamente para darle la mano y decir hola” a Kim Jong-un; gesto que en Corea del Norte tildaron de “sugerencia muy interesante”. Posteriormente, subrayó que el encuentro bilateral sería “muy corto” y, prácticamente, sería un mero “apretón de manos”, algo que —en su opinión— es un gesto “muy significativo”.
El presidente surcoreano Moon Jae-in ha apreciado la valentía de ambos líderes por lograr organizar una reunión y ha formulado la esperanza de que Trump entre en la historia “como el presidente que alcanza la paz en la península coreana”.
Al mismo tiempo, Moon Jae-in adelantó que, más allá del encuentro en la zona desmilitarizada, no habrá una reunión intercoreana.
De acuerdo con las primeras informaciones, Trump y Kim se han reunido en el Area de Seguridad Conjunta de Panmunjom; un lugar, según ha dicho Trump ya desde el lugar, más seguro desde que ambos líderes están enfrascados en estas conversaciones. «Solía ser un lugar muy, muy peligroso por lo que me han contado», ha explicado a los medios.
El presidente surcoreano ha confirmado que ha sido invitado al encuentro pero ha anunciado que su diálogo con el líder norcoreano ocurrirá «más tarde», según informa la agencia oficial de noticias surcoreana Yonhap.
Donald Trump celebra el encuentro
Donald Trump ha salido primero del edificio conocido como Freedom House, situado en el sur de la Zona de Seguridad Conjunta (JSA), en el corazón de la zona desmilitarizada (DMZ) que divide ambas Coreas, que permanecen en guerra desde los cincuenta.
Kim se ha aproximado desde el pabellón Panmungak, el lado norte de la JSA, y se ha dirigido a la línea de demarcación militar (MDL), donde le esperaba Trump.
Tras saludarse con un apretón de manos han intercambiado unas breves palabras, con Kim diciendo: «Me alegro de verle de nuevo. No esperaba verle jamás en este lugar». A continuación Trump ha cruzado la MDL y ha hecho historia. Tras unos instantes ambos han cruzado de nuevo hacia la franja sur de la JSA, donde han hablado brevemente con la prensa. «Se trata un momento histórico que pretende poner fin al conflicto en la península», ha dicho Kim, que ha calificado el gesto de Trump «valiente».
El presidente estadounidense ha dicho que «están pasando cosas muy positivas» en la península a raíz del acercamiento entre Washington y Pionyang iniciado el año pasado. «Nos hemos reunido y nos gustamos el uno al otro desde el primer día y eso es lo que importa», añadió. Tras otro apretón de manos, Kim ha saludado al presidente surcoreano, Moon Jae-in, que también ha acudido a la frontera.
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