‘Yo anhelaba agarrarlo vivo y lo logré’ La odisea de un padre para atrapar el acusado de matar a su hijo

SDO.- Luego de una ardua labor de inteligencia que se prolongó aproximadamente por cinco meses, Sunny Florentino logró su propósito de entregar y poner en manos de la justicia a la persona señalada de matar a su hijo, en un hecho registrado el 28 de febrero de este año, en el sector Los Girasoles en Santo Domingo Oeste.

El incidente que culminó con la muerte a balazo del joven Zunny Steinert Florentino, de 25 años de edad, se produjo por un roce físico que tuvieron unos amigos del occiso con el hoy victimario cuando lo visitaban a su casa del mencionado sector.

El padre contó que los amigos de su hijo mientras transitaban por la calle que conducía a la vivienda de su vástago, tuvieron una pequeña discusión con el imputado Edo Herrera, quien después del pequeño altercado se marchó del lugar, vociferando que iba a matar el primero que encontrara.

“Eso quedó ahí, luego los muchachos bajaron en eso de las 11 de la noche, Edo se apareció junto a dos personas más, sin mediar palabras, empezó a disparar pero los demás se mandaron tras la pistola trancársele, pero uno con los que andaba le pasó un revólver y le disparó a mi hijo y se dieron a la fuga”, explicó el progenitor de la víctima.

Dijo, que una semana después del suceso, los dos cómplices identificados como Diego Andrés Rodríguez y Gerardo Patricio se entregaron a las autoridades, mientras que el acusado de disparar se hallaba prófugo porque supuestamente era custodiado por los puntos de drogas de la zona.

“El matador era protegido por los puntos de drogas de Los Girasoles, yo tuve que investigar, yo le daba las informaciones a la Fiscalía, me respondían de manera teórica, pero en términos prácticos, nunca obtuve una respuesta, me inmiscuí con la gente que vendían estupefacientes para conectar en donde se encontraba el asesino de mi hijo”, manifestó.

Amplió, que a partir de ese momento sabía el rastro del acusado hasta en donde dormía y en qué punto de droga estaba, “él era un cuidador de los puntos”.

Expresó, “que lamentablemente en los puntos de drogas se está más seguro que en cualquier otra parte del país, por eso el duró entre cuatro a cinco meses sin que la Policía pudiera dar con su paradero, yo llamaba al Dicrim cuando lo tenía ubicado, pero cada vez que iba el Departamento de Homicidios, ya este se había ido”.

Asimismo, indicó que tuvo que crear grupos de personas en cada lugar que entendía que el imputado podía estar, para que le informaran.

 

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“Yo anhelaba agarrarlo vivo y lo logré. Tuve que dejar el barrio porque la gente cuestionaba que yo no hacía nada, porque él iba a la discoteca y se hacía fotos, fue tan desafiante que como sabía que lo andaba buscando iba a los colmadones a hacer tiros. Él me mandó a decir que yo lo tenía que agarrar muerto”, sostuvo.

Detalló, que Dios quiso que este proceso lo pasara, pero con el encartado vivo, andaba siempre armado con dos pistolas y un chaleco antibalas.

“La muerte de mi hijo le dio tan duro a la gente que a leguas se sentía una indignación, cuando lo veían me llamaban, llegamos hacer como seis allanamientos en los lugares que estaba, lo pude atrapar porque al final no trabajé con la Policía”, agregó.

Aseveró, que esa entrega fue gracias a un equipo que formó con civiles, donde se apostaron al frente de la casa donde se refugiaba en Palma Real de los Girasoles.

“Yo llamé a un coronel amigo, y le dije que si iba no le comunicara al fiscal de la zona, porque no lo iban aceptar, vino con unos policías y lo atrapó, yo estoy seguro que cuando daba la voz de alerta donde estaba Edo avisaban a los dueños de los puntos”, contó satisfecho de su labor.

Precisó, que ofreció hasta una recompensa de 100 mil pesos a quien le diera información para someterlo a la justicia, alegó que pidió a la madre de Herrera que lo entregara.

“Yo no quería que la sangre siguiera corriendo. Además vi a Edo crecer, era hijo de una madre soltera, y ella lo dejaba amarrado para ir a trabajar, pero esto lo convirtió en un indolente y un monstruo”, lamentó el hombre con ojos aguados.

Informó que el proceso que se lleva contra los cómplices por el crimen se encuentra en la etapa de juicio de fondo en el Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, y hoy le dictaron una orden de conducencia por no comparecer a la audiencia.

Mientras que el principal imputado cumple tres meses de prisión prev

entiva en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo-hombres.

Concluyó, que “desde el punto de vista humano y social es una doble tragedia, yo porque perdí mi hijo y ese muchacho que fue víctima del sistema porque no protege a la juventud”.


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